Vacaciones con niños, para algunos una contradicción en sí misma. Los pequeños de la casa suelen llenar nuestros días de alegría pero también pueden convertir nuestros viajes en una pesadilla. Antes de emprender un viaje con niños tenemos que tener claro una cosa: hay que cargar las maletas de toneladas de paciencia e intentar adaptarnos a las limitaciones que conlleva un viaje de estas características.
Pero que nadie tire la toalla. Viajar con niños puede ser una experiencia maravillosa, enriquecedora tanto para ellos como para nosotros, aunque no está de mal seguir algunos consejos básicos:
- La documentación en regla. Para subir al avión, el menor necesita estar identificado, con DNI o pasaporte, incluso cuando se trata de un bebé, aunque en esos casos las compañías aéreas suelen ser flexibles y aceptan el Libro de Familia. Mejor preguntar por si las moscas.
- Buscar hoteles para familias, con servicios para cubrir las necesidades de los niños. También son opciones válidas los apartamentos, aparthoteles o casas rurales, con mucho espacio para correr y jugar. Elige también restaurantes que se adapten bien a familias.
- Si vamos con niños muy pequeños, el cochecito es imprescindible, incluso cuando ya pueden caminar. En él pueden echarse una siesta y descansar (ellos y nosotros). Lo mismo se puede decir de las mochilas portabebés.
- En el avión, llevar algo para que jueguen y se entretengan. Fundamental para que no nos hagan pasar un mal rato a nosotros y al resto de los pasajeros.
- Y sobre todo, planificar. La improvisación no vale cuando viajamos con los pequeños. Ellos tienen sus horarios de comida y de sueño. Alterarlos es perjudicial para ellos y puede acabar con la paz y el buen humor de todos.