Es una de las cosas más molestas que podemos encontrarnos en la playa durante nuestras vacaciones: las medusas. Estos animales transparentes y gelatinosos suelen ser relativamente frecuentes en costas con aguas relativamente cálidas, como las del Mediterráneo español.
Flotan y, debido a su apariencia transparente, muchas veces son difíciles de notar que están ahí… Hasta que nos pican. Las que pican, claro, porque muchas de ellas son inofensivas.
¿Qué hacer si te pica una medusa?
Lo primero que hay que decir es que las medusas no pican: la quemazón que sentimos en la piel se produce con el contacto con sus tentáculos invisibles.
Sea como sea, la sensación es muy dolorosa debido al veneno que inyectan. Muchas veces se reconoce la forma de los filamentos en la zona afectada como una especie de arañazo ondulado.
Lo primero que hay que hacer en estos casos es salir del agua. Si la víctima de la picadura es un niño lo mejor es acudir a los socorristas de la playa. Ellos saben perfectamente qué tratamiento aplicar en función del tipo de medusa del que se trate.
Es importante no frotar la zona afectada ni con arena ni con una toalla, así solo conseguiremos extender el veneno y aumentar el picor y el escozor. La zona de la picadura debe limpiarse con agua salada (nunca con agua dulce, que curiosamente aumentará el dolor) y, en caso de que todavía queden restos de medusa, quitarlas con pinzas o guantes gruesos, nunca con las manos desnudas.
Una buena manera de calmar el dolor es aplicar frío sobre la zona afectada al menos durante 15 minutos. por ejemplo, hielo envuelto en una bolsa de plástico o en una toalla.
En algunos casos (raros), la picadura de la medusa puede causar dolor de cabeza o náuseas. No hay que preocuparse demasiado, estos síntomas desaparecen en unas horas. Muy pocas medusas tienen venenos lo suficientemente fuertes como para causar mayores molestias y esas no suelen nadar en nuestras aguas.