Para muchos turistas, una playa no es una playa sin su chiringuito, ese establecimiento que ofrece un oasis refrescante, un refugio frente al sol y la sal; el lugar perfecto para disfrutar de un refresco o saborear un paella mientras respiramos el olor de la brisa marina.
Pues bien, según un informe elaborado por un web especializada en asuntos playeros, existen en las costas españolas este verano un total de 1.943 playas con negocios de restauración como chiringuitos o restaurantes en la orilla, con dos provincias liderando este curioso ranking: Pontevedra y Málaga.
Por comunidades destaca Andalucía, con una tasa de 63,73% de todos los chiringuitos playeros de España. Es decir, dos de cada tres playas andaluzas cuenta con el chiringuito de rigor. Le siguen Cataluña con un 62,44% y la Comunidad Valenciana con el 56,71%. Por el contrario, los lugares en las que menos proliferan los negocios de restauración se encuentran en Asturias, donde solo el 18,32% de sus playas cuentan con chiringuitos; y Ceuta, con un 12,5% de estos establecimientos.
El chiringuito, un icono del verano
Puede parecer una frivolidad pero son muchos los veraneantes que tienen en cuenta este servicio a la hora de elegir destino para sus vacaciones. El chiringuito, más allá de un icono del verano, es un plus para muchos turistas.
Es más: para muchos extranjeros los chiringuitos son una parte necesaria del paisaje playero español. Se trata de negocios característicos dentro del turismo en España y durante los meses de julio y agosto se producen sus momentos de mayor intensidad y afluencia de visitantes.
Actualmente la imagen y la función del chiringuito está muy alejada de aquella vieja del establecimiento playero destartalado y mal equipado. Hoy estos establecimientos se encuentran diversificados y pueden variar su categoría desde sencillos quioscos de madera habilitados para vender refrescos y aperitivos hasta restaurantes con amplias ofertas gastronómicas. Un lujo en nuestras playas.