Viajar a Italia, y en especial a Florencia, es sumergirse en una experiencia donde nos toparemos con joyas históricas y artísticas por donde quiera que pasemos, casi sin querer. En la capital de la Toscana hay sin duda mucho que ver y disfrutar, pero una visita obligada debe ser el Palazzo Vecchio.
Ubicado majestuosamente en la Plaza de la Señoría, el “palacio viejo” de Florencia es un edificio magnífico, no solo desde el punto de vista arquitectónico sino también desde el artístico. No en vano en su interior se conservan valiosos tesoros, esculturas y pinturas de Bronzino, Miguel Ángel o Giorgio Vasari entre muchos otros genios del Renacimiento.
Uno de los lugares más interesantes dentro del Palazzo Vecchio es Salón de los Quinientos, donde se reunía el consejo que gobernaba la ciudad, siempre bajo la tutela y vigilancia de la poderosa familia de los Médici. Se trata de una estancia grandiosa cuya decoración le fue encomendada a dos de los más grandes artistas de su época y de todos los tiempos: Leonardo da Vinci y Miguel Ángel Buonarotti.
Este museo, aunque no tan visitado como la Galleria degli Ufizzi o la Galleria della Accademia, es un lugar de visita imprescindible, sobre todo si queremos entender la importancia de Florencia en el mundo del Renacimiento. Un lugar lleno de elegancia y encanto que destila majestuosidad por los cuatros costados.
El Palazzo Vecchio abre de lunes a viernes y la entrada cuesta 6 €. Un precio realmente modesto para las maravillas que encierra y las sensaciones que nos transmite durante la visita.