Un estudio de la prestigiosa agencia de viajes Kuoni en colaboración con médicos y expertos en psicoterapia ha servido para demostrar lo que muchos imaginaban: disfrutar de unas vacaciones es altamente positivo para nuestra salud.
Unas buenas vacaciones lejos de la rutina y las preocupaciones cotidianas nos hacen sentir mejor, nos liberan del estrés, nos permite descansar y dormir mejor, disminuye nuestra presión arterial y, no menos importante, aumenta nuestra líbido. En resumen, irse de vacaciones alarga nuestra vida.
Muchos, al leer esto, pensarán: “¡vaya sorpresa! Eso lo sabe todo el mundo”, pero hasta ahora no se había publicado un estudio científico para corroborarlo. Para conseguir pruebas de ello se enviaron a doce parejas de edades y estado físico distinto, pero todas sujetas a exigentes agendas laborales, a los siguientes destinos: Tailandia, un barco de investigación en la selva amazónica de Perú y las Maldivas. Para comparar, tres parejas se quedaron en casa, trabajando y haciendo su vida normal.
Las personas que viajaron experimentaron mejoras significativas en el estado de ánimo y su condición física, regresando a sus hogares con la sensación de estar más relajados y de tener sus objetivos en la vida más claros. Por contra, quienes se quedaron no solo no disfrutaron de estos beneficios sino que en algunos casos empeoraron su estado.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, ya que para mucha gente las vacaciones suponen un estrés añadido a sus vidas normales. Dejando de lado la gente que odia romper con su rutina, que necesita cumplir con sus ritos cotidianos para mantener su equilibrio físico y mental, es cierto que muchas veces las vacaciones se convierten en un infierno que pone a prueba a parejas y familias.
Retrasos, esperas en aeropuertos, prisas, largos viajes, hoteles incómodos, etc. pueden ser un cóctel letal para la salud de algunas personas. De ahí la importancia de preparar bien nuestros viajes y afrontarlos con el mejor humor posible.