Los amantes de los cruceros esperan con ansiedad la llegada de la primavera y el verano para embarcarse en la aventura de descubrir nuevos tesoros y surcar nuevas aguas gracias a los cruceros norte de Europa: el elegante Báltico, el insondable mar del Norte y, sobre todo, la magia de los Fiordos Noruegos.
¿Qué es un fiordo? Se trata de un estrecho valle labrado en la montaña por el efecto de un glaciar y que, con el hielo en retirada, se ha inundado con el agua del mar. Los fiordos son un elemento muy común en el paisaje de la costa atlántica europea, aunque es en Noruega donde los encontramos con mayor abundancia y una variedad impresionante.
Los fiordos noruegos son largos, estrechos y profundos. A lo largo de casi 2.500 km. recortan minuciosamente toda la costa del país ofreciendo a los cruceristas una magnífica muestra de paisajes naturales de espectacular belleza.
Los cruceros que zarpan rumbo al maravilloso mundo de los fiordos pueden tener puertos de inicio muy diversos. Oslo, la capital del país, es uno de ellos, pero también lo son Copenhague, Estocolmo e incluso alguna ciudad no escandinava como Hamburgo o Amsterdam. Sea cual sea el puerto de embarque, algunos fiordos en concreto son una escala obligada para todos estos viajes por mar.
Algunos de los más célebres y visitados son el fiordo de Geirangerfjord, famoso por sus espléndidas cascadas de agua (las Siete Hermanas), o el fiordo de Nærøyfjord, donde el visitante se adentra como si entrara en un santuario prohibido y silencioso bajo la amenazante vigilancia de dos grandes picos nevados. Algunos cruceros alcanzan incluso el Cabo Norte, en los confines del continente europeo, más allá del Círculo Polar Ártico.
Un mundo mágico, gélido e impresionante, que solo se puede disfrutar cuando la climatología lo permite: ahora es el momento.