Elegante y señorial, pero también dnámica y moderna. Esta combinación tan especial es la que hace de Oporto un destino tan atractivo. La historia y la personalidad de la ciudad va muy ligada a la del río Duero, que la marcó para siempre como ciudad de comerciantes, trabajadores y orgullosos.
La capital del norte de Portugal se siente muy orgullosa de sus tradiciones y de su hecho diferencial respecto a Lisboa, con la que mantiene una gran rivalidad comparable a nuestra eterna disputa Madrid-Barcelona. El paisaje urbano está plagado de cafeterías donde sentarse y descansar después de haber caminado cuesta arriba por las numerosas colinas de Oporto, visitando los grandes edificios como la Sé, la Torre de los Clérigos, la Bolsa o el animado mercado de Bolhâo. Quedaron atras los años en los que Oporto pasaba por ser una ciudad vieja y destartalada. Hoy aquí se fusionan lo antiguo con lo moderno.
Cruzando el Duero por alguno de sus famosos puentes llegaremos a la otra orilla, a la localidad de Vila Nova de Gaia, el hogar del vino de Oporto. Es absolutamente recomendable visitar alguna de las bodegas que se concentran a lo largo de sus empinadas calles donde probar el delicioso vino y comprar alguna botella.
Fuera de la ciudad se encuentran las localidades de Foz, en la desembocadura del Río Duero, un magnífico lugar para disfrutar de una buena comida en uno de sus cómodos cafés junto al mar después de un buen paseo por la orilla, y Matosinhos, al norte, que cuenta con un largo paseo junto al Atlántico.
Hay muchas posibilidades de encontrar vuelos baratos a Oporto desde España. Un destino especial dentro de Portugal qu elo sviajeros españoles tenemos siempre cerca. Sería una pena no aprovecharlo.