Ya hay fecha: el 1 de diciembre se inaugura oficialmente la temporada de nieve en Andorra, el país de los Pirineos, que es el destino de viaje de tantos y tantos españoles cada invierno para practicar su deporte favorito: el esquí.
Este año los amantes de la nieve disfrutarán de lo lindo porque las estaciones andorranas han invertido cerca de ocho millones de euros en la mejora de infraestructuras y ampliación de servicios y actividades.
Las estaciones de Grandvalira y Vallnord se han marcado este año el objetivo de alcanzar la cifra de 2,2 millones de días de esquí, lo que supondría recuperar las estadísticas de hace varias temporadas, cuando la crisis no había llegado a los extremos que hoy vivimos. Así que las previsiones son optimistas.
Pero además de sus 300 kilómetros de pistas y las grandes novedades que las estaciones incorporan este año (extensión de la red de wifi gratuita, más áreas de restauración, espacios para familias con niños, o actividades varias como salidas nocturnas en moto de nieve y raquetas) hay que destacar que Andorra es un destino redondo que ofrece muchas más caras a quienes lo visitan.
Andorra la Vella y su área comercial, los placeres termales de Caldea, paseos por la naturaleza por parajes tan impresionantes como los de Ordino, el rico legado románico esparcido por sus valles, la gastronomía pirenaica en las bordes, antiguos establos reciclados para alojamientos rurales o restaurantes… En definitiva, un amplio abanico de opciones de cultura y ocio en un escenario bello y pintado del color blanco de la nieve.